Hace unos días estuvo en Lima el escritor argentino Leopoldo Brizuela para presentar su novela
, Premio Alfaguara 2012. Comparto esta entrevista que le realizó Pedro Escribano para La República .
Era un niño cuando fue
testigo de una operación de rastrilllaje en su edificio durante los años de la dictadura. Tuvo miedo y solo optó por tocar el piano.
Leopoldo Brizuela, ganador del
premio de Novela Alfaguara 2012 con Esa misma noche, recrea esa experiencia y la extiende a la vida argentina tras el horror de la
dictadura del general Rafael Videla.
-¿La novela da cuenta del miedo que ha sedimentado la dictadura argentina?
Sí, del fondo, de la superficie, de lo profundo. Es el gran enigma
de por qué se tiene tanto miedo, por qué ha quedado el miedo y, sobre
todo, cómo ese miedo nos condiciona. El personaje está guiado
básicamente por esa intención, el de tratar de encontrar en sus memorias
las razones por las que se tiene tanto miedo y con la esperanza que ese
miedo deje de movilizarlo.
-El personaje, el periodista y escritor Leonardo Bazán se convierte un detective en este policial.
Sí, claro, exactamente. A mí me encantan todas las novelas
policiales. Hace mucho que en el policial se preguntan qué nuevos
personajes tienen que aparecer, porque, bueno, ya los personajes viejos,
de las novelas policiales tradicionales, son poco creíbles. Que un
detective está dispuesto a jugarse por un enigma ya nadie se la cree. En
cambio, el escritor que quiere investigar en su propio pasado y, sobre
todo, para escribir una buena novela, me parece que era un detective muy
convincente.
-Ha dicho que esta novela no sobre la dictadura, sino de un hecho que pasó en tiempos de la dictadura.
Es verdad, yo creo que lo que me interesaba más que nada al escribir
era la vivencia de un chico de 9 años que está a punto de entrar al
grupo de los varones, en la masculinidad adulta, y lo que el adivina, lo
que él va percibiendo en la sociedad adulta. Por supuesto, vivo como
todos esto que es universal, pero, claro, eso se ve más claro en las
dictaduras y las guerras.
-Bordea sutilmente lo que son las secuelas de la dictadura.
Sí, porque, además, la novela no enfoca los hechos o los episodios
más habituales, ni siquiera derramamiento de sangre. Recuerdo la
experiencia de las personas, y de ellas salieron esas pequeñas cosas por
las que también se cuela el horror, como pequeñas vivencias cotidianas,
que ni siquiera integrarían historias, ni prontuario, ni nada, pero
permitieron que se colara el horror en cada uno de nosotros.
-Un horror que, sin embargo, otros buscan callar, silenciarlo.
Algunos porque les parece vergonzantes y cuesta pudor y, sin embargo, ha habido gente que la pasó tanto peor.
-¿Y por qué callarlo?
Bueno, siempre encuentran un pretexto, una excusa para eso y no se
animan a enfrentar el horror, solo algunos se animan. El periodista, el
escritor sí está obligado a no callar.
-¿Una novela que aviva la memoria sobre la dictadura?
Lo que yo digo a partir de esta novela es que yo creo que la memoria
siempre está a veces consciente y a veces no, pero está para no dejar
que las cosas se repitan. Pero en la novela existe un montón de cosas
por la culpa y por el miedo. Algunas veces por miedos reales, y otras
por miedos agrandados o imaginados. “Te va a pasar algo tremendo”, me
decían.
-¿Y su novela apareció cuando se ventilaban juicios contra personajes de la dictadura?
Sí, esos juicios también sirven para ver cómo reaccionan los
ciudadanos y cómo se acuerdan de sus propias cosas. Mi personaje a cada
momento está reenviado hacia su pasado.
-¿Cuál es su vecindad o relación con la narrativa peruana?
Bueno, están los clásicos, entre ellos, soy devoto de Julio Ramón
Ribeyro desde hace muchísimo. Con todo mi respeto para Vargas Llosa,
pero pasión siempre será para Ribeyro.
-¿Qué hallas en Ribeyro?
Es el Chéjov sudamericano. La sutileza, la humildad, la modernidad a
pesar de que digan que es un escritor tradicional. Pero no, si uno
compara un cuento de él con el primer capítulo de Conversación de la
catedral, parece que fuera más tradicional, pero es de una simpleza
conseguida con mucho trabajo y profundidad.
-¿Cuándo conoció a Ribeyro?
En 1999, me lo recomendó la escritora Cociancich. Parece que a Bioy Casares le gustaba mucho Ribeyro.
-¿Le consta eso?
Sí, porque Cociancich era íntima amiga de Bioy, y Bioy le recomendó a Ribeyro.
Datos
EL AUTOR. Nació en La Plata en 1963. Estudió Letras
en la Universidad de La Plata, Además de escritor es traductor. Este
año ganó el Premio de Novela Alfaguara 2012.
OBRAS. Novelas: Tejiendo agua, Inglaterra. Una fábula, Lisboa. Un melodrama, Los que llegamos más lejos (cuentos) y Fado (poemas).