La vida no se elige: la vida se padece.
¡Ay, cuánto sé que creo!... ¡y el saber se me olvida!
¡Y cada mañana es como a su fin la Vida!
¡Y me estoy esperando al principio que empiece!
Y así voy todo tiempo porque la uña crece,
Porque aún soy la sombra de cada escena sida...
Y vivo, porque soy eterno entre la ida
Cosa y la por venir como entre zeta y ese...
Dios es tenaz, tenaz como su creatura.
Y la mujer que lava la ropa del esposo
Y el agua que se está contenida e impura...
Y la vida es eterna, aunque yo no lo diga.
Y la Vida es lo que soy, en el llanto o el gozo.
Y la vida es cualquiera instante que se siga.
Martín Adán
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