Año del centenario de José María Arguedas

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jueves, 4 de noviembre de 2010

Publican cartas de Julio Cortázar ...



Fuente : La República


Los cincuenta años de amistad que unieron al escritor Julio Cortázar y el pintor y poeta Eduardo Jonquiers dieron como fruto una caudalosa correspondencia, que ahora sale a la luz y desmitifica el aura de hombre "reservado" que acompañó al autor de "Rayuela".

"Cartas a los Jonquiéres" además de ahondar en aspectos biográficos del escritor argentino se convierte en una crónica de los primeros años de Cortázar en Europa, continente al que se trasladó en 1951, primero a París y dos años después a Roma, donde recibió el encargo de traducir los cuentos de Edgar Alan Poe.

La amistad entre los dos creadores argentinos data de la década de 1930, cuando el escritor hacía las prácticas pedagógicas para graduarse como maestro en la Escuela Normal Mariano Acosta, en Buenos Aires, y se extendió hasta poco antes de la muerte de Cortázar en 1984.

A través de las 126 misivas incluidas en el texto, que ahora publica Alfaguara, se descubre como Eduardo Jonquiéres se convirtió en su amigo confesor y consejero.

Y así le confía "Historia de cronopios y de famas", a los que define como "cuentecitos y poemas muy graciosos".

Cortázar desea que Jonquiérs entregue sus obras a su esposa, María Rocchi, con quien el escritor también intercambia correo y la persona que encontró en el archivo familiar las cartas ahora publicadas.

El viaje a Londres despertaba tantas expectativas en Cortázar que le dice a su amigo: "Por supuesto que estoy de nuevo envuelto en el mismo clima de irrealidad que me asaltó a mi llegada a Roma, a Venecia y a París. No tengo conciencia clara de que -después de 20 años de deseos- dentro de pocos días estaré en Piccadilly Circus".

"Sólo conciertos especialísimos se ganan mi asistencia" le revela Cortázar a su amigo Eduardo Jonquiéres, a quien le confiesa "devoro cuadros y museos, necesito ver y aprendo a ver, y un día sabré ver". Además le confiesa su necesidad de viajar a Flandes y volver a Italia, epicentros de la pintura clásica.

Y es que estas cartas profundizan en la imagen de Cortázar que corresponde a su instalación definitiva en Europa (1951-1955), un período bastante desconocido hasta ahora, además de desvelar el Cortázar personal más secreto como el relato de su matrimonio con Aurora. (EFE)

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