Año del centenario de José María Arguedas

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lunes, 31 de octubre de 2011

"Daniel F, la peregrinación de un paria" , en "Domingo", suplemtento de la República ...



A propósito de la presentación del nuevo trabajo de Daniel F - "La ventana de los Cíclopes" - ha aparecido una nota en el suplemento "Domingo" del diario La República .

Fuente. DiarioLaRepública


Hace cinco años que el músico Daniel F compone una ópera rock que hable del camino autodestructivo que sigue el hombre debido a su desprecio por el planeta. Pero no fue hasta setiembre de este año, cuando ascendió a las alturas del Cusco a ver el rostro del Señor de Qoyllur Rit’i, que sintió que su obra estaba terminada. La ventana de los cíclopes es un manifiesto en defensa de la Tierra frente a las fuerzas terribles que la destruyen. Y el testimonio de un ateo que halló la fe entre las montañas.
Por Óscar Miranda
La mañana en que ingresó al santuario, Daniel F cayó de rodillas. No sabía por qué, pero estaba llorando. Si lo hubieran visto los subtes de Quilca... Los chiquillos que se sacan la mugre pogueando con “Al colegio no voy más” y “Demolición”... Daniel había cubierto a pie un camino de ocho empinados kilómetros, pero estaba como nuevo. Con la cara flaca surcada por las lágrimas, avanzó hacia la sagrada imagen. Ese templo junto a las nieves, a casi 5 mil metros de altura, tan cerca del cielo, parecía un buen lugar para recuperar la fe. Aunque fuera por unas cuantas horas.

“Mi llanto era uno de esos llantos fuertes, esos llantos en los que gritas”, dice ahora, sentado en un chifa de Lince, ante dos mates calientes. Estamos recordando la peregrinación. En setiembre, tres días después del apoteósico concierto que ofreció junto a Calle 13 en el Cusco, Daniel, su novia y el fotógrafo cusqueño Renzo Velásquez ascendieron al Valle del Sinakara, en las alturas de la provincia de Quispicanchi, para conocer el templo del Señor del Qoyllur Rit’i (Estrella de la Nieve en quechua). “Yo soy ateo pero, puta, en ese momento caí de rodillas y arranqué a llorar”.

El peregrinaje del Qoyllur Rit’i tiene dos momentos al año (junio y setiembre) y Daniel y los suyos lo hicieron cuando no acuden turistas sino solo el pueblo devoto. Vieron a los ukukos o pabluchas, esos guardianes de la tradición que bailan y cantan y castigan a los visitantes irrespetuosos. También a algunos q’eros, miembros de la última comunidad inca del Cusco. Visitaron las cruces, hasta la última, cerca de las nieves del Qolquepunco. En el templo colocaron una vela y Daniel dio gracias al Señor “por tener 50 años y estar pasándola tan de putamadre”.

En la primera tarde, emprendieron el regreso. Para el F, fue cumplir un ritual que venía planificando hacía mucho.

Batalla eterna

Desde el 2006, Daniel F (Daniel Valdivia Fernández en su DNI) venía componiendo y grabando una ópera rock al estilo de Tommy de The Who o The Wall de Pink Floyd. La historia de la peregrinación al Taytacha Qoyllur Rit’i lo fascinaba. Decenas de miles de personas que llegan desde todas partes del sur andino e, incluso, del extranjero para ascender a pie por las montañas, durante cuatro horas, hasta el santuario que guarda una imagen grabada en una roca hace 231 años. Increíble.

Por esa época, después de un concierto en Cusco, su novia hizo la peregrinación (él no pudo acompañarla porque tuvo que retornar a Lima para otro concierto). Volvió con relatos fascinantes sobre pablushas, q’eros, collas y chunchos. También con el triste dato de que año tras año las nieves se están perdiendo. De que por esta razón los pablushas ya no bajan con decenas de trozos de hielo del Qolquepunko sino con solo uno o dos pedazos. La agonía de un planeta que se seca. Y la indiferencia en que vive la mayoría de sus habitantes.

La indiferencia. Dice Daniel que ese es el leit motiv del disco. La eterna batalla entre la indiferencia y la esperanza.

En el universo que creó el F, el protagonista central de esta batalla es Seryoh, el Cíclope. Habitante del Valle de los Limbos (un ficticio Cusco destruido por la barbarie humana), Seryoh es un ser indiferente, egoísta, pero lo es porque la violencia aniquiló a su mujer, a sus hijos y todo lo que tenía. Desde su ventana, el Cíclope escucha la proclama de Jurcco Pakaya, el último q’ero en pie, que ha hecho un pacto con el Apu Ancestral y parte a la ciudad a rescatar la Nieve de las Estrellas, la magia secuestrada por la sociedad alineante.

Mientras Jurcco viaja a la ciudad, Seryoh emprende, a su vez, una última peregrinación al Santuario de Sinakara, donde habita el Taytacha en medio de la desolación, antes de que todo se derrumbe. Ambos se encontrarán en el camino. La esperanza contra la indiferencia.

El viaje musical

Daniel fue pergeñando el disco de a pocos. Primero trató de grabarlo con la banda de death metal Psicorragia, pero después de algunas tomas y borradores aquello quedó en nada. Con Leusemia, su banda, registró una canción, “El discurso de los dioses” (con estos versos inquietantes: “Hemos secado el último río/hemos cortado el último árbol/las bocas de los trovadores han sido cosidas/las manos de los poetas han sido cercenadas... ¿Acaso hay algo más por hacer?”), pero quedó insatisfecho con el resultado. Lo dejó allí.

El año pasado decidió que grabaría el disco de una vez por todas. Reclutó a Raúl Loza para que grabase las baterías. La banda de heavy metal Difonía lo ayudó a registrar las guitarras y los bajos. Este año, grabó con Lucho Quequezana las flautas y demás vientos. Convenció a la cantautora Magali Luque, al músico y ambientalista Miguel Flores y al incombustible Alberto ‘Chino’ Chávez –su productor en Yasijah, Al final de la calle y Hospicios– de que sumaran sus voces y su talento.

Para mediados de año el disco estaba casi listo. Solo faltaba lo más importante. Que el F ascendiera a las alturas.

Sonidos y luz

En la habitación-estudio que tiene en su departamento en Miraflores, Daniel F me pasa los audífonos. Esta canción se llama “Lamento: el último ojo de Dios en la Piedra Sagrada” y suena poderosa. En la grabación que escucho solo se oye la voz del músico pero en la que saldrá en el disco, a fines de noviembre, estarán las voces de Luque, como La Tierra, y del ‘Chino’ Chávez, como el Apu Ancestral.

La presentación oficial del disco será el sábado 26, en el Parque de la Exposición. Esa noche lo acompañarán Luque, Chávez, Flores, Quequezana y, como banda de apoyo, músicos procedentes del colectivo de rock progresivo Sonidos Latentes. Daniel les ha pasado a todos las grabaciones para que vayan ensayando por su cuenta. Él, por su lado, alista el lanzamiento.

Escuchamos ahora “La ventana de los Cíclopes”, el tema de tres partes que da título al disco. Es el canto de Seryoh, que ha llegado, finalmente, al santuario. A diferencia de lo que sucedió con su creador, el Cíclope no se arrodilla ni llora. Grita sus lamentos por el planeta, que a su alrededor se destruye. Al final, Seryoh muere. Daniel F reconoce que esta ópera es amarga y pesimista. Sin embargo, en medio de esa historia terrible, el músico encontró un momento de luz. A casi 5 mil metros, el templo del Señor de Qoyllur Rit’i fue un buen escenario para recuperar la fe. Aunque solo fuera por unos instantes.



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